Esclavitud moderna, trabajo forzoso, checa cuántas personas están en esa condición
Al menos nueve de cada 10 personas que está en condiciones de trabajo forzoso labora en el sector de los servicios, industria manufacturera, construcción, agricultura y trabajo doméstico. Bajo esta clasificación hay más de 3.3 millones de niñas, niños y adolescentes.
Al leer o
escuchar lo anterior podemos imaginar que las personas que han sido llevadas a
esa situación padecen diferentes tipos de vejaciones. Sin embargo, solemos
confundir algunos términos.
Eso, por un
lado, puede banalizar la esclavitud ocurrida entre el siglo XVI y finales del
siglo XIX, periodo en el que millones de personas africanas fueron raptadas de
sus hogares y vendidas en diversas partes del mundo. Y por otro, la falta de
información impide que quienes están padeciendo este delito en las
circunstancias actuales puedan identificarlo de manera clara y así,
denunciarlo.
Tal como se
define a nivel mundial, la esclavitud moderna “consta de dos componentes
principales: el trabajo forzoso y el matrimonio forzoso. Ambos se refieren a situaciones
de explotación que una persona no puede rechazar ni abandonar debido a
amenazas, violencia, engaño, abuso de poder u otras formas de coacción”,
explica el reporte.
En México, la
esclavitud moderna y el trabajo forzoso están contemplados en la Ley General
para Prevenir, Sancionar y Erradicar los Delitos en Materia de Trata de
Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas de estos Delitos. Sin
embargo, activistas, integrantes de la academia y del gobierno federal han
señalado la necesidad de actualizar dicha norma.
El artículo
11 de esa ley define la esclavitud como “el dominio de una persona sobre otra,
dejándola sin capacidad de disponer libremente de su propia persona ni de sus
bienes”. La sanción va de 15 a 30 años de prisión y una multa de 1,000 a 20 mil
días de salario.
El trabajo
forzoso en nuestra legislación es nombrado como trabajo forzado y es el uso de
la fuerza, o la amenaza de usarla, para que alguien realice una labor, según el
artículo 22. La ley distingue ese delito de la explotación laboral, la cual
ocurre cuando una persona obtiene, directa o indirectamente, un beneficio
económico o de otro tipo mediante el trabajo ajeno, sometiendo a la persona a
prácticas que atenten contra su dignidad, según el artículo 21.
No se ha
erradicado
De 2016 a
2021 más 2.7 millones de personas fueron integradas al trabajo forzoso, sumando
un total de más de 27.6 millones. El aumento se explica por el incremento del
trabajo obligado en diferentes sectores, pero también en “la explotación sexual
comercial forzosa”, indica el reporte.
En los
servicios, la industria manufacturera, la construcción, la agricultura y el
trabajo doméstico está el 87% de las personas adultas en trabajo forzoso. El
resto, que son cientos de miles de personas, “se ven obligadas a excavar en
busca de minerales o a realizar otros trabajos de minería y canteras”, pescar
en buques, mendigar en la calle y realizar actividades ilícitas.
El 86% del
trabajo forzoso es impuesto por agentes privados, pero el que 14% (3.9
millones) es exigido por el Estado. La pandemia de covid-19 redujo los
ingresos, por lo que se presentó “un mayor endeudamiento entre los trabajadores
y, con ello, se observó un marcado aumento de la servidumbre por deudas entre
algunos trabajadores que carecían de acceso a los canales de crédito formales”.
El reporte
realizado en conjunto con la organización Walk Free Foundation, indica que
“ninguna región del mundo está libre del trabajo forzoso”. En Asia y el
Pacífico labora más de la mitad del total mundial (15.1 millones), les sigue
Europa y Asia Central (4.1 millones), África (3.8 millones), las Américas (3.6
millones) y los Estados Árabes (más de 900,000).
Las mujeres
tienen muchas más probabilidades que los hombres de realizar trabajos
domésticos forzosos, de ser coaccionadas mediante la retención del salario y el
abuso de la vulnerabilidad, de ser objeto de violencia física y sexual, así
como de amenazas contra sus familiares.
Los hombres
suelen padecer esta violación a sus derechos en el sector de la construcción.
Es más frecuente que ellos sean forzados mediante amenazas de violencia y
sanciones económicas.
Y las
infancias no se escapan de esta tragedia, hay más de 3.3 millones en trabajo
forzoso, “lo que representa alrededor del 12% de todas las personas” en esa
situación. Pero esas cifras “pueden ser solo la punta del iceberg. El trabajo
forzoso infantil constituye uno de los componentes del trabajo infantil”
Más de la mitad de las niñas, niños y adolescentes víctimas de trabajo forzoso “están involucrados en la explotación sexual comercial. El trabajo doméstico, la agricultura y la industria manufacturera son otros de los muchos sectores”.
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