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Lilia Cedillo ¿tapadera de Esparza?


Retórica

 

Alberto Rocha Vázquez

 

Lilia Cedillo ¿tapadera de Esparza?

 

Sin duda la rectora de la BUAP Lilia Cedillo es una gran microbiología.

 

Con una importantísima trayectoria académica.

 

Pero ¿lo será como rectora?

 

Pues aunque ha despertado gigantescas expectativas sobre su labor que hará al frente de la máxima casa de estudios de Puebla, sobre todo por ser la primera mujer rectora, se le ha visto un bajísimo perfil.

 

Serán muchos los que dirán que su bajísimo perfil no tiene nada que ver con el desempeño rectoral, pero ¿Cuál será la verdadera finalidad de no atraer reflectores?

 

¿Por qué no se ha pronunciado y sobre todo actuado en torno a las investigaciones que tiene en su contra el ex rector Alfonso Esparza Ortiz?

 

Ya que hace tan solo unos meses, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó en 2020 un presunto uso irregular de 177 millones 633 mil 831 pesos, siendo todavía rector Alfonso Esparza Ortiz.

 

Según consta en la versión oficial de la ASF y en algunos medios de comunicación, el informe del resultado de la Fiscalización Superior de la Cuenta Pública 2020, las anomalías son principalmente por la adquisición de equipo, pago de becas no contempladas y pagos de nómina no contemplados.

 

Tan solo, alguna -de las múltiples- anomalías detectadas por la ASF fue un daño o perjuicio a la hacienda pública por un monto de 40 millones 588 mil 984 pesos para la adquisición de equipo de resonancia magnética, de laboratorio y equipo de cómputo, cuando ese recurso estaba destinado para el programa de “Bienes Muebles, Inmuebles e Intangibles”.

 

Al igual, se tipificó como daño patrimonial por 28 millones 383 mil 265 pesos, por el pago a los trabajadores de la universidad de 21 prestaciones no ligadas al salario de las 64 observadas, ya que no estaban contempladas en los Contratos Colectivos de Trabajo de los Sindicatos de personal Académico y no Académico.

 

El ex rector también incurrió en anomalías al entregar becas pues pagó a 638 beneficiarios, de los cuales 629 corresponden al Sistema Nacional de Investigadores (SNI); sin embargo, la universidad no acreditó que los beneficiarios cumplieron con los requisitos establecidos en la normativa para otorgar la beca, a los cuales les pagó 23 millones 992 mil 244.50 pesos.

 

Y más aún, cuando la ASF ya determinó que la máxima casa de estudios, ahora a cargo de la rectora Lilia Cedillo Ramírez, tendrá que comprobar y aclarar el uso de 84 millones 669 mil 336 pesos por concepto de pagos de estímulos al desempeño del personal que trabaja en la universidad, monto que excedió el importe autorizado en el Convenio y el Anexo de Ejecución al Convenio Marco de Colaboración para el Apoyo Financiero suscrito por la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Gobierno del Estado de Puebla.

 

De todo esto la excelentísima académica no ha dicho ni pío.

 

Incluso el portal de noticias MTP, publicó hace unas semanas que la tesorera de la BUAP, Norma Pimentel, quien es cercana al exrector Alfonso Esparza, metió a su esposo Rigoberto Becerra y a su hija Andrea Becerra como proveedores de la universidad, desde el año 2020, sin importar que incurriera en conflicto de interés.

 

De acuerdo a la publicación, se presume que la hija y el esposo de la tesorera de Alfonso Esparza fueron dados de alta en el Catálogo General de Proveedores y Contratistas de la BUAP para prestar los servicios de contabilidad, auditoría y asesorías, pese a violar la Ley de Adquisiciones, Arrendamiento y Servicios del Sector Público.

 

Lo cual viola de manera flagrante el artículo 50, que establece que “no se otorgará registro a Persona Física o Moral en cuya empresa participe cualquier trabajador o funcionario, cónyuge o pariente consanguíneo o por afinidad hasta el cuarto grado”.

 

Pero la trama no queda ahí, pues el mismísimo gobernador del estado Miguel Barbosa confirmó las investigaciones contra Esparza, horas antes de reunirse con la rectora Cedillo.

 

El mandatario poblano aseveró en una conferencia “mañanera”, que el exrector de la BUAP, Alfonso Esparza Ortiz, tiene denuncias al haberse enriquecido de manera ilícita, insisto horas antes de reunirse con la ahora rectora.

 

La duda mata. ¿Qué hablarían el gobernador y la rectora?

 

Porque resulta de lo más raro una posible sumisión de Cedillo Ramírez y su sepulcral silencio –de ambos- ante las severísima acusaciones en contra del cuestionable tío Poncho.

 

Sobre todo porque el ejecutivo poblano calificó a la nueva rectora de ser “una mujer honesta, sencilla, académica e investigadora”.

 

Indudablemente es un tema que seguirá en una tela de misterio.

 

Aunque se sabe que alguien buscará sacar a la luz pública ese supuesto acuerdo.


Dudas, comentarios y aclaraciones

albertorocha75@hotmail.com 

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