Se envalentona Lalo Rivera
Retórica
Alberto Rocha
Vázquez
Se envalentona
Lalo Rivera
Tuvo que salir
una mujer a dar la cara por la oposición débil, sin rumbo y moralmente
derrotada para que el edil poblano Eduardo Rivera Pérez se decidiera a iniciar su
carrera para el 2024.
Hasta hace
una semana, el alcalde capitalino no daba señales de querer aventarse por la
candidatura a gobernador, sino hasta que surgió la sorpresa que ni AMLO se esperaba.
Fue Xóchitl
Gálvez, que de manera vertiginosa comenzó a escalar en las encuestas, que le
dio el valor a Lalo para salir de su guarida e iniciar éste pasado fin de
semana con una improvisada “gira” por algunos municipios del interior del
estado.
Comenzó el
sábado, visitando –según él- a líderes del panismo en Tepeaca, cuando en la
imagen que compartió en sus redes no se ve a los verdaderos líderes del PAN en
ese municipio.
Posteriormente
el domingo, luego de echarse una cascarita en San Martín Texmelucan, se fue al
mercado Domingo Arenas a degustar unos tacos con caldo de oso, pero tampoco se
le vio con líderes del panismo texmeluquense.
Lo que deja
la duda si fue por la rapidez de la “gira” o porque de plano los albiazules del
interior del estado no lo ven con los tamaños para representarlos dignamente en
la elección del 2024 para la gubernatura.
Y es que Lalo
ha decepcionado a propios y extraños, con un gobierno que está resultando peor
que el de su antecesora Claudia Rivera Vivanco, a quien por cierto no le ha
tocado un pelo en sus cuentas públicas, a pesar de las múltiples pruebas de
presunta corrupción que dejó la ex alcaldesa.
Vaya, el
difunto Barbosa la atacaba más y eso que eran del mismo partido, lo mismo que
pasa en San Andrés Cholula entre Mundo Tlatehui y Karina Pérez Popoca y en
Cuautlancingo con Filomeno Sarmiento y Lupita Daniel.
Tal vez ese
supuesto trato con el gobierno estatal morenista, desde el barbosismo no ha
dejado con buen sabor de boca al panismo poblano. Tal vez por eso vemos que
mucho panista todavía sigue a Genoveva Huerta.
En fin, el
caso es que Lalito Rivera al parecer vio la oportunidad de colgarse del efecto Xóchitl
para tratar de ganar la elección a gobernador y así asegurar sus cuentas
públicas, sin tener que negociar con Morena para salvar el pellejo.
A ese paso, el PRI que se veía muerto desde hace años, podría recuperar los espacios que perdió el blanquiazul dese antes de ser alianza.
No hay comentarios.