En 1903 vendieron a EU el Popocatépetl…
SIN LÍMITES
En 1903
vendieron a EU el Popocatépetl…
El General
Gaspar Sánchez negoció con empresarios estadounidenses.
Por Raúl
Torres Salmerón
En el
Porfiriato, un militar que incluso participó en la Batalla de Puebla del 5 de
Mayo de 1862, el General Gaspar Sánchez Ochoa, ingeniero y topógrafo
jalisciense, pretendió vender el volcán Popocatépetl a inversionistas
norteamericanos.
En el portal
Paso Libre se publicó un amplio estudio de Francisco Ramos Aguirre sobre la
venta del volcán Popocatépetl a inversionistas de Estados Unidos, durante la
Presidencia del General Porfirio Díaz. Incluso hay fotografías y documentos en
la Biblioteca Histórica José María Lafragua de la BUAP. Los siguientes, son los
interesantes señalamientos del estudio:
-Durante el
porfiriato, los extranjeros aprovecharon toda clase facilidades para invertir
sus capitales y beneficiarse del petróleo, haciendas agropecuarias,
ferrocarriles y minería. Dentro del proyecto colonizador, el gobierno asignó
fértiles terrenos a inmigrantes italianos, japoneses, alemanes y
norteamericanos. Por ejemplo, en aquel tiempo se fundaron las comunidades de
Chipilo, Puebla; Nueva Italia, Michoacán; Colonia Enomoto, Chiapas; Nueva
Alemania, Chiapas y El Chamal, Tamaulipas.
-Al estilo de
un anuncio inmobiliario de ocasión, entre las noticias importantes de finales
del siglo XIX, algunos periódicos capitalinos mencionan la venta del volcán
Popocatépetl y terrenos aledaños al referido sitio emblemático de la historia,
cultura y geografía mexicana.
-Una nota
informativa de 1889, refiere el arreglo mercantil de su propietario el
ingeniero, general y magistrado militar Gaspar Sánchez Ochoa (Jalisco, 1837-1908),
a cambio de 500 mil pesos oro nacional.
-Desde
septiembre de 1892, Maurio Radhen, ex Cónsul de México en Kansas, se comunicó
con el dueño para informarle que algunos capitalistas norteamericanos de
Philadelphia y Nueva York mostraban interés en establecer un ferrocarril y una
planta explotadora de azufre, de mayor calidad que del Vesubio. Entre dimes y
diretes el dueño del predio se encargó de aclarar que jamás había realizado
ningún contrato legal.
-Por esos
años, se organizaron varias exploraciones científicas y ascensos, con fines
recreativos. Lo mismo para conocer la calidad del elemento que sería
comercializado. En 1897, Sánchez Ochoa confirmó que la instalación del cable
del “ferrocarril aéreo” hasta el cráter del Popocatépetl, estaría concluido en
dos o tres meses gracias al ingeniero Donald Stewart, topógrafos y mecánicos:
“Tan luego como esté terminado se podrá ir de esta capital a las seis de la
mañana, permanecer en el volcán unas dos horas y regresar a las seis de la
tarde”.
-El rumor y
noticias constantes sobre la venta del Popocatépetl se extendió con mayor
fuerza a principios del siglo XX. En 1900 la Sociedad Agrícola de Santiago
Xalizintla de Cholula, protestó al enterarse de la presunta venta del volcán,
incluyendo los deshielos de la Hacienda de Tlamacas y las fajas de terrenos
necesaria, en los cuales ellos tenían derechos.
-En 1903, al
poco tiempo de salvar un embargo y juicio mercantil que arrastraba desde 1874,
sin nadie que se opusiera al trato, su propietario y socio de la Sociedad
Mexicana de Geografía y Estadística, decidió venderlo a una compañía
norteamericana. Quienes leyeron la noticia del periódico La Voz de México,
pensaron que se trataba de un engaño publicitario.
-Pero esta
ocasión todo indicaba que el compromiso entre las partes interesadas era
formal: “Desde luego que se habló de esa compra, el señor General Sánchez pidió
cuatrocientos mil pesos por el volcán -con todo y nieves eternas- y los
inmensos terrenos adyacentes, que entrarán formalmente en la compra”.
-Para
negociar la operación, los compradores nombraron su representante al Capitán
Harry Holt, quien solicitó una rebaja en el precio y organizó una excursión con
varios caballeros en la falda de la montaña.
-Como parte
de los avances en las negociaciones, en agosto de 1903 como enviado del
sindicato de Nueva York, Holt firmó “una minuta de contrato por el cual pasará
a su poder el hermoso volcán. Según sabemos el sindicato tiene un capital de
cinco millones de pesos oro, y se propone explotar los criaderos de azufre.
Para ello construirá un ferrocarril eléctrico, aprovechando las caídas del
agua”.
-A decir de
los miembros del consorcio, el proyecto sobre el uso del Popo incluía una
fábrica de ácido sulfúrico en las inmediaciones de Tlamacas, que generaría
empleos para varias cuadrillas de trabajadores, siembra de palo de tinte de
gran demanda en la industria y “un ferrocarril de cable para conducir no
solamente el azufre que se extraiga del volcán, sino también para pasajeros y
excursionistas”. Es decir, se pensaba en instalar un parque natural recreativo,
visitas guiadas y esquiaje con hoteles, restaurantes, bares y tiendas para los
visitantes.
-En diciembre
1903, se pospuso la firma y protocolo final de la compra-venta, debido a que
los asesores de la compañía norteamericana regresaron precipitadamente a su
país, porque les avisaron que el Presidente de la empresa compradora había sido
asesinado.
-En octubre
de 1904, casi un año más tarde, El Tiempo publicó en segunda plana una noticia
contundente: “Venta del Popocatépetl. Negocio Consumado”, donde afirma que el
notario Gil Mariano León realizó la escritura con seis pesos de honorarios: “El
precio total de dicha transacción fue de trescientos mil pesos oro americano,
de los cuales se aplicaron 96 mil pesos al pago de diversos créditos que
garantizaba antes el vendedor de la propiedad”. La cantidad precisa es confusa,
porque en el mismo tenor otro periódico, señala que el negocio se cerró en 250
mil pesos oro.
-Como parte
de la operación se anunció que Charles Holt, logró del gobierno una concesión
para explotar las minas o criaderos de azufre del volcán cerca de Amecameca,
Distrito de Chalco, Estado de México. El convenio especifica disponer de toda
la producción para su venta en el extranjero. “Los abundantes criaderos de
azufre del Popocatépetl, han pasado a manos de los norteamericanos mediante una
suma de trescientos mil pesos, oro americano. (La Esperanza 10/16 de 1904 y
Diario Oficial de los Estados Unidos Mexicanos de 1904/11/21).
-De acuerdo
al juicio mercantil dado a conocer en el Diario de Jurisprudencia, la inversión
real fue de 114 mil pesos moneda mexicana en efectivo y 255 mil pesos oro en
acciones liberadas. Vale decir que las reuniones para concretar la compra-venta
se realizaron en el Centro de Negocios El Cambio Católico, del Hotel Guilow de
la capital del país.
-Todo parecía
marchar bien, pero los problemas iniciaron porque el comprador únicamente
liquidó varias partidas económicas de 30 y 40 mil pesos y después dejó de
hacerlo. Ante esta situación el verdadero dueño hizo efectiva una de las
cláusulas de la escritura de compra-venta: “… en la que se especifica
claramente que por falta del cumplimiento del contrato, la propiedad del
Popocatépetl volverá al poder de su primitivo dueño”.
-En
consecuencia Holt apeló el juicio y lo perdió en primera instancia.
Inmediatamente sus apoderados legales acudieron a la Suprema Corte de Justicia,
la cual les negó el amparo solicitado. “En vista de todas estas sentencias, el
general Sánchez Ochoa ha vuelto a tener el dominio de volcán del Popocatépetl”.
El juicio comenzó en 1905 y concluyó en 1907.
-Durante
varios años, el caso estuvo entre litigios y enredos legales. En este contexto
aparecieron varias noticias sobre los presuntos arreglos, acercamientos y
propuestas de la parte compradora. Algunas publicaciones nos ayudan a
comprender que, desde los años ochenta del siglo XIX, los empresarios
norteamericanos mostraron intenciones de adquirir el volcán. Incluso el
secretario de Hacienda, José Ives Limantour, tenía conocimiento de esas
inquietudes.
-Lo cierto es
que para 1910, un mes antes de iniciar la Revolución Mexicana, los
Ferrocarriles Nacionales de México ofrecían al público viajes de recreo y
vacaciones al Parque Popocatépetl, donde los visitantes podían disfrutar
cómodamente el paisaje, convivir con la naturaleza en el Hotel Popo Park y
otros atractivos como paseos a caballo, cocina mexicana y subida a la montaña.
El precio del pasaje durante el fin de semana era de $2.30.
-En resumen,
gracias a la morosidad de sus compradores y probablemente a los prolongados
sucesos revolucionarios, el famoso volcán regresó legalmente a manos mexicanas.
Sin embargo, todavía en enero de 1930 Daniel M. Vélez alertó a las autoridades
a través del periódico El Universal sobre la posible venta de la montaña
humeante a un “Caballero extranjero.” A la vez exhorta a las respectivas
dependencias de gobierno a comprar este bien nacional y otros importantes
volcanes del país.
El autor del
estudio es Francisco Ramos Aguirre es Investigador y Cronista del Ciudad
Victoria, Tamaulipas. Graduado en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, obtuvo
la Licenciatura en Español en la Escuela Normal Superior de Tamaulipas; la
Especialidad en Historia de México y Maestría en Historia, por los Institutos
de Investigaciones Históricas de la UNAM/UAT.
Este asunto
de la venta fue tratado recientemente por el Periodista Julián de Jesús Peña en
su colaboración Explorador en el noticiero Enlace México que dirige Isabella
Zozoaga en el canal 26 de televisión del Sistema Estatal de Telecomunicaciones
del Gobierno de Puebla (SET). El link es:
https://www.youtube.com/watch?v=Lx_-h1r2XXY
En fin, como
escribió José Santos Chocano (Perú, 1875-1934), en su poema El Idilio de los
Volcanes:
Duerme en
paz, Iztaccíhuatl, nunca los tiempos
borrarán los
perfiles de tu expresión.
Vela en paz
Popocatépetl: nunca los huracanes
apagarán tu antorcha, eterna como el amor.
raultorress@hotmail.com
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