Premio a la lealtad, a pesar de la ineptitud
Retórica
Alberto Rocha
Vázquez
Premio a la
lealtad, a pesar de la ineptitud
Un grave
error que está cometiendo la inmensa mayoría de la “nueva clase política” es
premiar las lealtades, por encima de los resultados.
Es decir, no
se dan cuenta que si aquella persona, sea hombre o mujer, que esté fallando en
su encargo que le hayan encomendado por ser amigo, familiar, compadre o recomendado,
desde ese momento está siendo desleal.
Se está
confundiendo el término lealtad con zalamería.
Aquellos o aquellas que son verdaderos ineptos o corruptos y están perjudicando la imagen del “patrón”
o “patrona”, con el hecho de ser “leales” no pasa nada.
Y ese modelo
se está observando desde la cúpula política nacional.
Un claro
ejemplo es Delfina Gómez, la todavía secretaria de Educación Pública Federal,
quien solo por ser leal, ya que se dice que aportó muchos recursos a la campaña
de López Obrador, alcanzó el encargo de dicha dependencia.
Esto, sin
importar las decenas de denuncias por el cobro de cuotas a empleados de Texcoco,
cuando la susodicha fue presidenta municipal de ese lugar.
Y ahora, aun
con los pésimos resultados al frente de la SEP, le están “planchando” el camino para
que sea la próxima candidata a la gubernatura del Estado de México.
Todo eso, por
ser leal.
Esa misma práctica
se repite en cascada, en los ámbitos estatales y municipales.
En donde muchos o casi todos los gobernadores y alcaldes sigue premiando la lealtad, que mejor dicho es zalamería, a pesar de
los pésimos resultados de sus allegados.
Siguen sin
darse cuenta que sus protegidos, son todo, menos leales.
Porque en el
fondo, con sus ineptitudes y/o corruptelas los están encaminando a tener gobiernos errados, corruptos
e ineficientes.
En fin, todo sea por tener al lado a alguien que lejos de ayudarlos a gobernar correctamente y corregir errores, les sigan diciendo -cuando pregunten- ¿Qué hora es? –Las que usted quiera señor (a).
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