Jueza impone pena de 25 años de prisión, a mujer tzotzil que se defendió de ataque feminicida
Marisela López Bautista, tuvo una Defensoría pública negligente, no presentó ninguna prueba en las primeras audiencias, además que no tuvo un intérprete tzotzil: Colectiva Cereza.
Tuxtla
Gutiérrez, Chiapas.- Colectivas feministas de San
Cristóbal de las Casas, protestaron este lunes en el Palacio de Justicia de los
Altos de Chiapas, para exigir justicia y la liberación de Marisela López
Bautista, una mujer campesina tzotzil, monolingüe, sin instrucción escolar de
28 años, que por legítima defensa mató con un leño a su esposo Juan que la atacó
con machete en noviembre de 2019.
Marisela pasa
sus días en una fría celda del penal número 5 de la localidad junto con su
bebé, luego que la jueza Dora Luz López Méndez, la condenó el pasado mes de
abril a 25 años de prisión por el delito de homicidio, “una sentencia ilegal y
sin perspectiva de género”, señaló la Colectiva Cereza que ha asumido su
defensa.
El 20 de
noviembre de 2019, la pareja de Marisela intentó asesinarla con un machete,
como desenlace de un continuum de violencia feminicida que vivió cotidianamente
en su relación.
“Marisela
defendió su vida, la del niño que llevaba en el vientre, pues se encontraba
embarazada de seis meses, y la de sus otros dos pequeños, usando un leño”,
explicó la Colectiva feminista.
Fue detenida
por policías en la casa de su madre, a donde acudió a refugiarse como siempre
lo hacía, cada vez que Juan llegaba borracho y la golpeaba. Ese día, cuando
Juan le lanzó el machetazo, Marisela paró el golpe con un leño, pero él la
siguió por todo el patio, y ella le dio un golpe en la cabeza.
Marisela,
corrió con sus hijos a casa de su familia,
sin saber que Juan ya no se levantaría.
Patricia
Araceli Santos y Marcela Fernández Camacho, abogadas de la Colectiva apelaron
la sentencia, porque documentaron que Marisela no tuvo un proceso justo, a
pesar de que durante el juicio oral lograron que les admitiera dos pruebas: un
peritaje, uno en psicología clínica y otro más de antropología social.
Las pruebas,
señalan las defensoras, demuestran que Marisela vivía con una continua
violencia física, emocional y psicológica por parte de su esposo, y la jueza no
tomó en cuenta la violencia doméstica.
Todo ello,
prueba que “el Poder Judicial de Chiapas, desprotege a las mujeres indígenas a
quienes no les garantiza el acceso a una vida libre de violencia, dejando en
orfandad a tres menores por su sentencia misógina”, manifestó la Colectiva.
El que una
jueza niegue este tipo de violencia, y que no se considere que Marisela se
defendió y protegió a sus hijos, es sumamente grave en estos tiempos
feminicidas, señaló la abogada Patricia
Araceli Santos.
Y es que
destacó que al inicio del juicio, a Marisela se le otorgó una Defensoría
pública que actuó con negligencia, al no presentar ninguna prueba en las
primeras audiencias, además que la acusada
no tuvo un intérprete tzotzil.
Por lo que
todo lo anterior, constituyen violaciones al debido proceso. Hoy lunes 15 de
agosto, será la apelación de la sentencia, y representa una oportunidad para
revertir el proceso y hacer que este sea apegado a derecho.
Información de SemMéxico
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