Con Biden al frente de los Estados Unidos, se sigue fortaleciendo la relación con México
En esta relación bilateral de Estados Unidos y México, hay tres temas centrales, el económico, el segundo la seguridad nacional de ambas naciones que en las últimas décadas ha estado acaparado por el crimen organizado y el combate al narcotráfico, y como tercer tema, está la migración.
La relación
entre México y Estados Unidos es compleja, corre por diferentes canales, por
diferentes niveles y que no solo es definida por ambos presidentes –Joe Biden y
Andrés Manuel López obrador-, sino que hay más actores involucrados de ambos
gobiernos y de la sociedad misma, señaló Derzu Daniel Ramírez Ortiz, Director
de la Licenciatura en Relaciones Internacionales de la UPAEP.
Dijo que esta
relación bilateral de Estados Unidos y México, hay tres temas centrales, el económico,
el segundo la seguridad nacional de ambas naciones que en las últimas décadas
este tema ha estado acaparado por el crimen organizado y el combate al
narcotráfico y como tercero, la migración.
Derzu Ramírez
manifestó que a lo largo de esta relación bilateral se pueden observar vínculos
de armonía (buena relación para cooperar) y discordia (cuando se anteponen los
intereses de cada nación) entre los diferentes gobiernos que han estado al
frente de ambos países.
En el ámbito
económico señaló que en esta relación bilateral impera la armonía, porque la
economía entre los dos países camina y se gestiona a través de las reglas de un
tratado comercial como es el caso del T-MEC, lo que permite que la relación
vaya profundizando entre México y Estados Unidos.
Indicó que en
enero-abril de 2021, México se convirtió en uno de los socios más importantes
para los Estados Unidos en términos comerciales, al representar alrededor del
15% del comercio que los norteamericanos tienen con todo el mundo, seguido por
China y Canadá, respectivamente.
Comentó que
por parte de México, la relación es muy relevante, de hecho la recuperación
económica que Estados Unidos ha venido registrando después de la caída mundial
económica por la pandemia de salud (2020), ha servido como un motor de arrastre
para la economía mexicana que poco a poco va ganando terreno.
Además de que
los estadounidenses siguen siendo los principales inversionistas en nuestro
país, con cerca del 50% de la inversión extranjera que llega a México.
Apuntó que un
punto negativo en el ámbito económico por parte de México es la política
energética que está llevando actualmente el gobierno federal en turno, “en
donde se pretende regresar a CFE la producción mayoritaria de energía eléctrica
en el país y restarles a los privados su participación y esto en perjuicio en
la eficiencia de precios de la energía eléctrica y en detrimento de las
necesidades del consumidor”; situación que puede alejar a los inversionistas
extranjeros interesados en invertir en nuestro país en este tema.
Con respecto
a la migración, expresó que prevalece el “estatus quo” que venía desde antes de
la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, lo que sigue generando discordia
entre ambos países en numerosos frentes.
Recordó que
cuando Biden era candidato a la presidencia de los Estados Unidos, propuso una
reforma migratoria de amplio calado que tenía por objetivo el regularizar la
estadía de más de 10 millones de indocumentados que se encuentran hoy en día en
territorio norteamericano, de los cuales una alta mayoría son provenientes de
México.
Comentó que
dicha reforma migratoria está prácticamente muerta, ya que el presidente Joe
Biden, no cuenta con el capital político suficiente para aprobarla en su
congreso. Agregó, “Biden ha venido registrando niveles bajos de aprobación en
su país, lo cual le ha impuesto algunos límites políticos bastante fuertes que
se ven difíciles de sortear para sacar adelante muchas de las propuestas
electorales y muchos de los grandes cambios que él había propuesto”.
El tercer
punto tiene que ver con la seguridad en esta relación bilateral en donde han
prevalecido más puntos de discordia importantes, por un lado, prevalece este
enfoque sobre la oferta para combatir el problema de tráfico de drogas entre
Estados Unidos y México, dejando de lado el asunto de la demanda, que es la
responsabilidad de los Estados Unidos, problema que sigue creciendo por la
diversidad de mercado existente.
Y, en
consecuencia, advirtió que esta situación ha provocado que en México las
organizaciones criminales se sigan fortaleciendo y cada vez están generando
niveles más altos de inseguridad y violencia en el país, así como un
crecimiento de la desconfianza entre las agencias de seguridad de ambas
naciones.
Acotó que un
aspecto sobresaliente en este tema de seguridad bilateral es el establecimiento
del programa “entendimiento bicentenario”, en donde ambos gobiernos buscan un
cambio de paradigma, porque buscan combatir las raíces profundas del problema
del narcotráfico, las cuales radican en adicciones, faltas de oportunidades,
desarrollo económico y el desmantelamiento de las organizaciones criminales”.
Señaló que
aun cuando es un programa ambicioso, no se aprecia cómo aterrizará en la
práctica y en la operatividad entre ambos gobiernos, cuando en México se sigue
apostando por combatir el problema del narcotráfico desde una óptica militar, y
sin fortalecer las agencias civiles para atender esta problemática.
Por lo tanto,
dijo que a un año de la llegada de Joe Biden a la presidencia de los Estados
Unidos, las relaciones bilaterales siguen siendo sólidas, caminando por canales
institucionales, lo cual es importante, pero cuentan con ciertos puntos rojos
que ya fueron comentados.
Finalmente, manifestó que ambos gobiernos no deben dejarse llevar por la sinergia de las relaciones bilaterales, abordar las problemáticas de corto plazo sin perder de vista las de largo plazo, como es el caso de la migración, tráfico de drogas, y el empoderamiento de las organizaciones criminales.
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