Claudia y su mundo de caramelo

Retórica

 

Alberto Rocha Vázquez

 

Claudia y su mundo de caramelo

 

No cabe duda que la alcaldesa de Puebla Claudia Rivera Vivanco, vive en un mundo aparte, un mundo imaginario o de fantasía en el que ella ve que en Puebla generó “progreso” y que nadie debe interrumpir ese “progreso” del que habla.

 

Pero no se da cuenta o no quiere ver que en la realidad, ha sido y es la peor autoridad municipal que ha tenido la capital poblana, y a diario en las redes sociales se lo recuerdan con comentarios y quejas que llegan incluso al insulto.

 

La mayor prueba la tuvo éste domingo, cuando quiso viralizar su pronunciamiento para buscar la candidatura de Morena e intentar repetir en el cargo, pues no logró que permeara su hashtag #YoConClau, ya que los empleados a los que se les obligó a “inflar” su evento virtual no respondieron y se le cayó el teatro, solo sus focas aplaudidoras lograron 20 compartidas en su cuenta de Twitter.

 

Su intento acabó con la caída de su transmisión, pues los insultos y quejas por su mal gobierno superaron a su raquítico grupo de apoyo.

 

Esa es la triste realidad de Claudia, ese fue el reflejo de que a diario la tunden en las redes sociales, cuando ya en franca precampaña y haciendo uso indebido de recursos públicos para promocionarse, se ven grupitos de 5 personas, aunque en sus publicaciones menciona que está con los vecinos de tal o cual colonia o junta auxiliar.

 

En su mayoría le reclaman por acordarse hasta dos años después de haber tomado el cargo que existen colonias y juntas auxiliares en completo abandono. Saben los poblanos que regresó solo para aparentar trabajo y pedir el voto.

 

Por fortuna, los ciudadanos tienen plena conciencia de que Rivera Vivanco fue un rotundo fracaso y que ahora está encaprichada en seguir en el cargo para seguir manejando los recursos en total opacidad.

 

Es un hecho que no logrará la reelección, ya que aun consiguiendo la candidatura por un dedazo de la dirigencia nacional, sería para perder, para entregar la presidencia. Está más que claro que no le importa Morena, que su enfermedad de poder es más fuerte que su “compromiso” que dice tener con la 4T y Andrés Manuel López Obrador.

 

Por lo pronto, seguirá viviendo en su mundo de caramelo que ha creado en su mente para evitar su amarga realidad.