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Intensificación rápida de huracanes afecta a México


Intensificación rápida de huracanes afecta a México

 

Alfredo Sandoval Villalbazo

 

En unas cuantas horas Hanna y Genevieve pasaron de ser tormentas tropicales a huracanes con alto potencial destructivo

 

La ciencia del calentamiento global se sigue confirmando de manera inexorable. Es bien conocido, desde hace décadas, que una de las consecuencias del calentamiento de los océanos es el aumento de la energía de los huracanes. La temperatura es una manifestación de la agitación de las moléculas que conforman un cuerpo, el dióxido de carbono confina parcialmente la radiación emitida por la superficie terrestre y con ello se eleva la temperatura de manera global.

 

En décadas pasadas el incremento de la energía de los huracanes era relativamente gradual. Por ello los modelos matemáticos aplicados en huracanes como Harvey fueron insuficientes para organizar una evacuación oportuna de la Ciudad de Houston en el año 20171. Este constituye un ejemplo adicional al de Patricia, que pasó de huracán categoría 1 a categoría 5 en un solo día, e impacto a costas mexicanas2. Ello marcó el comienzo del fenómeno de Intensificación Rápida de Huracanes (IRH) a territorio nacional en el año 2014.

 

Durante el año 2020 se han presentado media docena de fenómenos tipo IRH que han afectado tanto al Océano Pacífico como al Océano Atlántico. En particular, dos de estos fenómenos han actuado sobre costas mexicanas.

 

Hanna pasó de tormenta tropical a huracán categoría 1 en un solo día, causando inundaciones graves en el norte del país. En agosto, el huracán Genevieve ascendió a categoría 4 a unos cuantos kilómetros de la península de Baja California Sur, apenas 48 horas después de un pronóstico más benigno, cuando adquirió la categoría 1 (ver figura 2). Afortunadamente Genevieve no siguió la trayectoria del huracán Odille (2014) causando daños relativamente menores.

 

La IRH seguirá siendo un fenómeno frecuente a nivel global durante el periodo 2020-2030. Ésta no es una predicción “tipo Nostradamus” sino un simple enunciado derivado de la física básica. La temperatura oceánica está acoplada a los niveles de CO2 atmosférico y éstos siguen aumentando año con año.

 

En este caso, la ciencia pura proporciona conocimiento con repercusiones sociales evidentes. A pesar de ello, esta ciencia no ha sido debidamente valorada.

 

El autor es el Dr. Alfredo Sandoval Villalbazo, académico del Departamento de Física y Matemáticas de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México e Investigador Nacional Nivel II (SNI).

Twitter: @Fred_FisMat

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