ADIOS A LA SIMULACIÓN

Retórica

Alberto Rocha Vázquez

ADIOS A LA SIMULACIÓN

Si algo dejará como enseñanza la contingencia sanitaria derivada del COVID-19 es que las masas dejarán de creer en lo primero que vean, oigan o les cuenten.

De ello ya existen estudios muy serios, de personas expertas en el tema, que señalan que los primeros afectados por ese “abrir de ojos” de las personas serán las religiones, pues son las primeras que tuvieron que hacer algo para ayudar a quienes más lo necesitan en estos momentos y solo han aportado saliva.

Lo mismo sucederá con los partidos políticos y sus -cada vez más ignorantes- integrantes que aseguran hacer política.

Esos remedos de políticos que brincan de partido en partido, de grupo en grupo y que salen sonrientes en sus redes sociales abrazando a una persona de la tercera edad, infante o con capacidades diferentes, ofrendando uno que otro apoyo que parece más burla que ayuda, ya no cabrán en la cúpula del poder.

Pues ese despertar de la conciencia es una realidad, los ciudadanos cada vez se manifiestan más en contra de esas prácticas de simulación.

Ya se dieron cuenta que es puro show eso de hacer fundaciones, asociaciones y grupos de ayuda, pues solo son pequeños alicientes a más desprotegidos para después saquear las arcas públicas.

Por eso, quienes estén invirtiendo en montar escenarios falsos, ya sea con dinero que han robado o con recursos que crean poder recuperar después, deberán ser más astutos y dejar de simular.

Lo mismo aplica para esos diputados y diputadas locales que aseguran haber apoyado ya a sus representados populares, con pequeños bonos o apoyos, pero con verdades a medias porque esos recursos no se ve de manera clara a cuantas personas ayudaron y de qué manera. Es decir, pura simulación.

Trabajo mata grilla y quien realmente trabaje a favor de todos, será el que gobierne un municipio, un estado o el país.

Por el bien de las mayorías, ojalá que muera la simulación. Depende de todos.