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Los momentos clave de la victoria del Real Madrid ante el Liverpool


Tras un partido polémico y con destellos de magia, el Real Madrid se coronó Campeón de la Champions League al vencer 3-1 al Liverpool, en un que se recordará por la lesión de Mohammed Salah, el increíble gol de chilena de Gareth Bale y los errores infantiles del portero del Liverpool, Loris Karius.

El Liverpool comenzó mejor el partido. De los pies de un inspiradísimo Mané, los Reds ahogaban al Real Madrid, obligándolo a cometer errores con el balón, y proyectando al frente con enorme velocidad en el momento en que lo recuperaban.

En una jugada que se recordará por mucho tiempo, Sergio Ramos jaló a Mohammed Salah del brazo hasta tirarlo al suelo. El egipcio cayó de fea manera y se lesionó el hombro, al punto que tuvo que abandonar el partido lesionado. Desde ese momento, el partido cambió por completo.


El segundo tiempo comenzó con un Liverpool nerviosísimo, sin conexión ofensiva y perdiendo balones en defensa. Como consecuencia de una de esas entregas equivocadas, Isco quedó solo dentro del área de los Reds, con sólo Karius por vencer. Increíblemente, levantó su disparo demasiado y la pelota reventó el travesaño. Se había salvado el Liverpool, pero vendría algo peor.

Parecía entonces que el los ingleses se derrumbarían anímicamente, pero sucedió exactamente lo contrario. Se lanzaron al frente y consiguieron el empate de inmediato. Corner por la banda izquierda, Lovren le ganó por arriba a Ramos y Mané punteó hacia la red. 1-1 y todo como al principio.

Al minuto 63, Marcelo tomó una pelota por la banda izquierda y mandó un centro elevado en diagonal, con más ganas que intención. Ahí estaba Gareth Bale, que acababa de entrar al campo por Isco. El galés midió el envío y se sacó del sombrero una chilena increíble, incomparable, que se fue a alojar al fondo de la portería de Karius. Golazo para repetir y repetir.


Tres minutos más tarde, el Liverpool se quedó a centímetros del empate. Fue una vez más el incombustible Mané, con un fuerte disparo raso, que se estrelló en el poste de Navas. Fue el canto del cisne de los Reds, pero no el final de las emociones en esta final tan extraña.

Al 83’ cuando los agotados ingleses buscaban el empate sin mucho orden, el Real Madrid volvió a encabezar un contragolpe. La pelota le quedó de nuevo a Bale, que mandó un disparo potente desde fuera del área, pero justo donde estaba el portero Karius. El alemán levantó las manos, pero el balón se le escurrió dramáticamente y volvió a terminar en la red. Nuevo error y nuevo gol. Y de este ya no habría retorno.


Con información de Medio Tiempo

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